Calixto Ramon Martinez Arias |
Por Carlos Ríos Otero
Hablemos Press. La Habana, 23 de Enero.
El 16 de Enero, el periodista independiente Calixto Ramón Martínez cumplió 4 meses de confinamiento en la prisión Combinado del Este. Para el disidente, un mes encarcelado representa un año; ya sea un activista de DD.HH, opositor político o un periodista independiente. Para el periodista, el sistema penitenciario se convierte en el ostracismo más salvaje, por el constante acoso y las amenazas de muerte; y sobrevive en un estado perenne de indefensión.
El comunicador, al romper la censura del régimen, se convierte en el enemigo jurado del castrismo; precisamente ese es el delito de Martínez, estar reportando lo que el Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) censura.
Se le acusa de desacato a los líderes históricos de la revolución, éstos son efectivos de la impopular Asamblea Nacional del Poder Popular, léase, diputados por obra y gracia del Buró Político, órgano que decide quienes serán legisladores, y además son ellos mismos legisladores, los históricos son los mandantes de ese órgano que funge como una especie de comando supremo de la revolución.
Esta situación ambigua, en el orden político y jurídico, de ser los dirigentes históricos del Poder Ejecutivo y al mismo tiempo del Poder Legislativo, y mandantes del Buró Político, en Cuba da lo mismo, -el huevo o la gallina-, no importa averiguar quién evolucionó primero, es la misma cosa. Si un ciudadano critica a un ministro (poder ejecutivo), ya sea del Transporte, Educación, Agricultura y Pesca, Salud Pública, Comunicaciones e Información, por deficiencias en la gestión administrativa o falta de información, que es un derecho cívico y jurídico del ciudadano, y que el funcionario a cualquier nivel debe responder, éste, el salario que recibe es del contribuyente para administrar bien y no censurar los eventos públicos que deben responder al pueblo en función de su cargo. Martínez, en la primavera del 2012 procesó un reportaje de la invasión epidemial del Cólera en la oriental ciudad costera de Manzanillo.
Obvio, el Gobierno después de dicho reportaje no le quedó más remedio que informar, pero minimizando la situación epidemiológica en esa ciudad de la provincia Granma, en los predios de la Sierra Maestra en la costa sur de Cuba y a 120 millas al oeste de Haití. En septiembre, Martínez indagó de nuevo y se propuso descifrar otra incompetencia administrativa; esta vez en La Habana, de una carga de medicamentos donada por la OMS (Organización Mundial de la Salud), que se eternizó en la Terminal Aérea José Martí y quedó a la intemperie deteriorándose. Esta vez, Martínez fue agredido y acusado de desacato, y podrá estar indefinidamente confinado el tiempo que estimen las autoridades.
Se le trata como un terrorista al servicio de una supuesta potencia extranjera y de un grupo de reporteros libres, pero asalariado al servicio del “enemigo del pueblo”, según dato oficial, en fin podrá ser procesado por la controvertida Ley 88, definida en el argot popular: “ley mordaza”. En el 2003 La Ley 88, enseñó sus garras; fue en la “primavera negra”, cuando 75 disidentes fueron procesados sumariamente, y de ellos un tercio fueron periodistas, condenados de 15 a 28 años de encierro en cárceles de mayor rigor. ¿Quiénes son los enemigos del pueblo? Son los funcionarios que dicen la verdad a medias ó mentiras camufladas.
Es conocido, que el régimen trata por todos los medios de mantener ante el mundo el falso status de potencia médica; los datos de las enfermedades y situaciones epidémicas es un secreto celosamente escondido por el estado, salvaguardando que el turismo no vaya en estampida. Cuando un Martínez, un Roberto de Jesús Guerra, un Aleaga, un Balmaseda, un Fornaris, un Odelín, o una Magaly Norvis Otero, rompen la censura de la galera en la búsqueda de la verdad, todo reportero, corresponsal y cronista se convierte en un enemigo jurado de los dirigentes históricos y su vida pende de un hilo.
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Este es el audio de una llamada telefonica que hice hace algun tiempo a la oficina de la Organizacion Mundial y Panamericana de la Salud en Cuba. De mas decirle que jamas el representante de la OPS tuvo la gentileza de enviarme almenos un correo electronico.
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